DUEÑOS DE LA FRONTERA. TERRATENIENTES Y SOCIEDAD COLONIAL EN LA PERIFERIA CHILENA. ISLA DE LA LAJA, 1670-1845
Esta tesis doctoral busca hacer un aporte, a partir de un estudio de caso en larga duración, al análisis de las dinámicas que se derivan de la conjunción de tres factores fundamentales: sistemas coloniales, propiedad terrateniente y frontera. A fin de alcanzar este objetivo, la investigación se focaliza en la evolución del sistema de terratenencia en un sector particular de la frontera hispano-indígena chilena, conocido como Isla de la Laja, junto a las riberas del río Biobío.
A partir de la segunda mitad del siglo XVII, luego del alzamiento general a mediados de aquella centuria, los gobernadores del Reino activan una intensa política de concesiones de tierras en el área comprendida entre los río Laja y Biobío, frontera de guerra hacia la "tierra adentro". A partir de este momento, que representa una etapa importante en las pretensiones coloniales sobre aquel espacio, un compacto contingente de hombres y mujeres ligados al real ejército ejercerán, en su calidad de mercedados, un papel central en la implantación del sistema colonial hispano en las márgenes del imperio español. Este primer segmento de propietarios incluirá entre sus filas a individuos procedentes de diversos sustratos, algunos de ellos exógenos al Reino y otros, como por ejemplo un importante grupo de excautivos, nacidos y criados en el mismo territorio de la nación mapuche. Con el cambio de centuria, hacia el debut del siglo XVIII, las condiciones que habían determinado la situación de la frontera cambiarán radicalmente producto de la crisis en el financiamiento del ejército y de las renovadas políticas imperiales promovidas por la administración borbónica. Durante este nueva etapa, se evidencia un giro fundamental y paulatino en la conjunción milites-tierra, donde el mérito y el servicio a su Majestad representaron elementos centrales, hacia nuevas formas protagonizadas por diversos actores coloniales, entre ellos los vecinos de la villa de los Angeles, mujeres propietarias, eclesiásticos, oficiales y tropa rasa del ejercito borbónico, comerciantes y, con el advenimiento de la República, grandes terrateniente que aspirarán al poder nacional. Una constante a lo largo de todos estos procesos, en sí bastante complejos y que significaron para una gran mayoría de estos actores una mutación hacia el estatuto de medianos y pequeños gañanes-propietarios, estuvo representada por la función central que desempeñó la familia terrateniente como vehículo primordial de la ocupación colonial del territorio.
El itinerario investigativo incluye continuamente una doble mirada orientada, por una parte, hacia las dinámicas colectivas (itinerarios sociales) y, por otra, hacia el accionar de individuos paradigmáticos (itinerarios vitales). A fin de cuentas, una de las hipótesis centrales que he trabajado consiste en evidenciar el papel fundamental desempañado por los terratenientes en la expansión y afianzamiento del sistema colonial en su programación al dominio sobre personas y territorios, y mostrar cómo esta función se manifiesta, con especial nitidez, en los espacios fronterizos americanos: en este caso, la frontera colonial hispano-mapuche en el reino de Chile.