Nueva Doctora en Historia: Maricela González Moya


IMG 04Nuestro programa de Doctorado en Historia cuenta con una nueva doctora: Maricela González Moya. Recientemente se realizó en nuestra Facultad, la defensa de su tesis titulada “Logros son acciones”. Prácticas de intervención social y sanitaria en Chile. El Servicio Nacional de Salud, 1952-1973. La tesis fue realizada bajo la dirección del profesor Fernando Purcell del programa de Doctorado en Historia.

 

 
La Comisión de profesores estuvo integrada por: 

  

Profesora Dra. Verónica Undurraga
Instituto de Historia
Pontificia Universidad Católica de Chile


Profesor Dr.  Fernando Purcell
Director de Tesis
Instituto de Historia
Pontificia Universidad Católica de Chile


Profesor Dr. Jorge Dagnino
Profesor Informante Externo
Escuela de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile


Profesora Dra. María José Correa
Profesor Informante Externo
Departamento de Humanidades
Universidad Andrés Bello 


Profesor Dr. Rodrigo Henríquez
Profesor Informante Interno
Instituto de Historia
Pontificia Universidad Católica de Chile

 


RESUMEN TESIS

 

"Logros son acciones”. Prácticas de intervención social y sanitaria en Chile. El Servicio Nacional de Salud, 1952-1973

 


La investigación busca mostrar la historia del Servicio Nacional de Salud (S.N.S.) entre los años 1952 y 1973 en Chile, indagando en la intervención social y sanitaria desarrollada por el Servicio a nivel nacional. Se realizó un análisis centrado en la noción de “prácticas”, complementando la perspectiva organizacional y política clásica, con una exploración en el “hacer y el modo de hacerlo”, como ha planteado Pierre Bourdieu. Este análisis ha sido trabajado sobre tres ejes, que son los que estructuran la tesis.


Un primer eje describe el proceso de gestación histórica del S.N.S. a partir de elementos diversos: el juego de actores políticos y sociales que pensaron y aprobaron su creación; el rol de los médicos y su ideario de medicina social e integral tempranamente gestado en Chile y fundamento de prácticamente toda la legislación social que nació desde los años 20’ en adelante; y las experiencias pioneras de políticas sanitarias –atención madre y niño, medicina preventiva para los trabajadores, modernización de hospitales y recintos asistenciales, entre otras– que se mantuvieron disgregadas hasta que el S.N.S. las unificó en una gran política de orientación universalistas a partir de mediados de siglo y como expresión más fidedigna del Estado Benefactor chileno.


Un segundo eje muestra la vida institucional del Servicio en una doble faz. Por un lado, como un esfuerzo, a menudo infructuoso, por concretar un ideario integral de salud, permanentemente tensionado por el contexto de inestabilidad económica, ciclos inflacionarios y subdesarrollo que vivía el país. Un fuerte sesgo corporativista y endémico clasismo en la sociedad chilena impidió al Servicio solucionar sus habituales problemas presupuestarios y la escasez de recursos materiales y humanos, así como poder responder adecuadamente a una demanda de salud creciente proveniente de una población empoderada en sus derechos. En el lado opuesto, el S.N.N. dejó un gran legado de logros sanitarios que se mantienen hasta la actualidad y que se expresaron en un mejoramiento acelerado de los indicadores de calidad de vida de las personas y la creación de una cultura sanitaria en Chile que potenció ese éxito y lo multiplicó en cada individuo, familia y comunidad en la que se intervino.


Un tercer eje se ha detenido en el proceso de implementación de la política sanitaria y concretamente en el rol de sus ejecutores, principalmente médicos y asistentes sociales. A través de ellos, el S.N.S. se acercó a las personas, se legitimó de manera transversal y se expandió por todo el territorio nacional. Padeciendo estos implementadores las limitaciones que significaba trabajar para una gran institución burocrática, de actuar lento y movilidad reducida, supieron llevar al Servicio más allá de sus posibilidades y valiéndose de recursos personales y profesionales –dedicación, compromiso, orgullo, carisma– mostraron que los buenos resultados de una política son fruto de acciones concretas que se gestan en un proceso de intervención directa entre técnicos y usuarios, en mutua interacción y transformación.