Congreso Fe y Razón Pública celebra los 1700 años del Edicto de Milán


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Este año se cumplen 1700 años del Edicto de Milán, el documento emitido por Constantino y Liticio, entonces a la cabeza del Imperio Romano, el que permitió a los cristianos dar culto a Dios, tras siglos de persecuciones. Examinar lo que significó este hecho para la historia posterior y el desarrollo del pensamiento occidental, precisamente en el Año de la Fe, fue el objetivo del congreso “Fe y razón pública”. El evento, que se realizó durante tres días, fue organizado de forma conjunta por las facultades de Teología y Derecho, y los institutos de Filosofía e Historia.

La actividad fue presidida por Fredy Parra, decano de la Facultad de Teología; Mariano de la Maza, decano de la Facultad de Filosofía; Fernando Purcell, director del Instituto de Historia; Carlos Frontaura, vice-decano de la Facultad de Derecho; y José Luis Romero, director de la Pastoral de Académicos.

 “A propósito del aniversario 1700 de este edicto hemos querido hacer una reflexión multidisciplinaria acerca de su importancia y también –de un modo más general– acerca de las relaciones entre fe y razón pública”, expresó el profesor de Filosofía José Tomás Alvarado, en la inauguración del Congreso, y agregó que “el edicto de Milán parece estar declarando la armonía de los fines del Estado y de la Iglesia. Es de interés público, en efecto, conseguir el “favor y benevolencia” de la “suprema deidad” para lo que debe darse libertad para que cada uno rinda el culto a esa deidad suprema según la religión que estime mejor para sí. Esto inició una larga historia en donde la relación entre la religión y la política ha sido variable y muchas veces conflictiva”.

El encargado de dar inicio a la primera jornada fue el padre Samuel Fernández, académico de la Facultad de Teología, con la conferencia “El fundamento cristológico de la relevancia universal del evangelio”. El profesor buscó responder la interrogante sobre si la pretensión de universalidad del cristianismo viene desde sus orígenes o se debe a coyunturas históricas. Para dar respuesta, indagó en el cristianismo preniceno o en sus primeros tiempos. Como explica el padre Fernández, desde sus comienzos, el cristianismo afirma que toda la realidad tiene que ver con Cristo y a su vez, proclama a Jesucristo como modelo del ser humano.

Por su parte, la académica del Instituto de Historia Catalina Balmaceda, ahondó en la figura del emperador romano Constantino, su contexto y el rol clave que jugó en el reconocimiento del cristianismo. Como afirma esta investigadora, no hay evidencia del Edicto de Milán, aunque sí hay referencias de una carta entre Constantino y el emperador de la mitad oriental del Imperio, Licinio, en el año 313, donde se concede a los cristianos, y a todos los demás, la facultad de practicar libremente la religión que cada uno desee -además de permitirles recobrar sus bienes-, como una manera de promover la unidad y la paz en el Imperio. El emperador promovió importantes medidas durante su gobierno, como la autorización para que la Iglesia pudiera tener tierras, bienes y recibir herencias; la construcción de iglesias con recursos del Estado; y el establecimiento del domingo como día de descanso, entre otras. También convocó el primer concilio ecuménico en el año 325 en Nicea.

También participaron la profesora de Historia Sol Serrano, con la presentación “Unanimidad cristiana y estado liberal: el conflicto político del siglo XIX en Chile”; la académica Derecho UC, Ana María Celis, con “Análisis crítico del reconocimiento jurídico de las organizaciones religiosas en Chile”; Joaquín García-Huidobro, de Filosofía U. de los Andes, “Cinco tesis y una descripción sobre el laicismo en Chile”; Matías Tapia, Filosofía U. de Chile, “La exclusiva interioridad de la fe en Kierkegaard: el silencio cristiano”; Raúl Madrid, profesor Derecho UC, “Fe y razón en el control de la libertad de cátedra en la universalidad medieval”; y la profesora de Filosofía UC Vanessa Kaiser, con su exposición “El mundo como lugar de destierro”, entre muchos otros destacados expertos.

Como concluye el profesor de la Facultad de Derecho UC Máximo Pavez, “creo que la Universidad Católica tiene una visión de reflexión antropológica clave en el país, desde el punto de una universidad pontificia que hace posible algo que mucha gente cree que no es posible: el diálogo fe y razón. Nosotros creemos que instancias como estas aportan mucho a eso, que el diálogo fe y razón es parte de la actividad universitaria en una universidad como la nuestra”.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA: Nicole Saffie, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.