Académicas de Historia UC rescatan el legado de las misiones en la Araucanía


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Entre 1896 y 1921 un grupo de sacerdotes capuchinos alemanes estableció una red de 24 misiones entre el pueblo mapuche. Además de la evangelización y educación, cumplieron un trabajo de registro y conservación cultural, patrimonio que un equipo de académicas de Historia UC busca poner en valor.

Doce misioneros italianos de la Orden Capuchina se establecieron al sur del río Biobío, en 1849, con el fin de evangelizar y educar al pueblo mapuche. Una tarea que antes habían emprendido jesuitas y franciscanos, pero que, tras la expulsión de los primeros y luego de las revueltas independentistas había quedado inconclusa. Sin embargo, hacia fines del siglo XIX el arribo de un nuevo grupo de capuchinos alemanes a la zona –desde 1883 incorporada al Estado chileno– permitió el desarrollo de una extensa labor a través de la formación de una red de 24 misiones ubicadas entre Temuco y Osorno.

Redescubrir los vestigios de esta obra y ponerla en valor es precisamente el objetivo que se propusieron las académicas del Instituto de Historia Sol Serrano, María José Vial y Macarena Ponce de León, en conjunto con la estudiante de doctorado Carolina Loyola y la alumna de pregrado Constanza Acuña. El proyecto se enmarca dentro del plan estratégico del instituto, que busca tener un impacto en la sociedad a través, en este caso, de dos ámbitos: la historia de la educación en Chile y la innovación en la enseñanza de la historia.

La investigación busca respon- der «qué significaron las misiones y escuelas misionales en el proceso de aculturación del mundo mapuche por un lado; pero también de una nueva conservación de su memoria», explica Sol Serrano. Los
misioneros –entre los cuales hubo filósofos, médicos, científicos e intelectuales– aprendieron la lengua mapuche, escribieron gramáticas en mapudungun, rescataron la música y la pusieron por escrito, estudiaron la cultura, recopilaron historias orales y hasta realizaron un estudio de las plantas medicinales y sus usos. Instalados en la misión, vivían insertos en las comunidades y ejerciendo un importante rol como mediadores ante el Estado chileno.

Las escuelas misionales fueron las únicas destinadas a niños y jóvenes mapuches. «El Estado nunca tuvo una política específica de educación indígena, ni ninguna sensibilidad con lo étnico. No solo eso, se obligaba a los niños a hablar otra lengua. Fueron altamente discriminados en la escuela estatal», agrega Sol Serrano.

Con el objetivo de visibilizar este patrimonio, surgió la idea de hacer una Ruta musical de las misiones en tres localidades: Panguipulli, Quinchilca y Purulón. «Nos preocupamos de incorporar a las comunidades, porque estábamos conscientes de que cualquier intervención debía legitimarse frente a ellas», afirma Macarena Ponce de León. Las investigadoras se reunieron con los distintos actores: loncos, comunidades mapuche, alcaldes y vecinos, y formaron alianzas con organizaciones locales, como la Corporación de Adelanto Amigos de Panguipulli.

El resultado fueron tres jornadas musicales efectuadas en febrero pasado que integraron conciertos de música clásica ejecutados por jóvenes de la orquesta de la corporación y presentaciones de artistas mapuche. En cada misión se montó además una muestra sobre su historia y su legado en la zona. Cuenta María José Vial: «fue mucha gente a los conciertos, el público estaba muy interesado, sorprendido, porque se sabe poco sobre la labor de los capuchinos».

El próximo paso será entrar de lleno en la investigación. En 2013, as profesoras realizaron un catastro de fuentes, revisando los archivos de la zona, de la orden de los capuchinos y documentos eclesiásticos. Este año, gracias a un fondo otorgado en conjunto por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana y la Vicerrectoría de Investigación de la UC, podrán avanzar en el estudio de las misiones, con la idea de hacer una publicación sobre el tema y consolidar la ruta musical, expandiéndola a otras localidades.

 

- Descargar Visión UC, mayo 2014