Tras horas de lectura de diversos historiadores romanos, la académica del Instituto de Historia UC, Catalina Balmaceda, reparó en un concepto que se repetía particularmente: Virtus. “Aparecía en contextos muy distintos y siempre jugando un papel importante”, recuerda sobre lo que fue el inicio de una aventura académica que culminó con la publicación de “Virtus romana. Politics and morality in the roman historians”, editado por University of North Carolina.
Así, su motivación para escribir comenzó a raíz de la inquietud por develar las diversas facetas de un concepto que se transformó en un paradigma para los romanos. Luego de una selección de fuentes sobre historia antigua de los siglos I y II, Antes y Después de Cristo, Balmaceda se concentró en la literatura latina: historiadores, poetas, comediantes y dramaturgos.
En cada lectura extrajo el concepto y lo llevó a una serie de fichas no digitalizadas. “La idea era clasificar qué significaba esto en cada autor. Después hice un estudio de cada uno de ellos, porque de acuerdo a su intención sería el significado de la palabra”.
Finalmente, se centró en los historiadores debido al rol que estos tenían a la hora de definir un ideal de hombre, así como ocurría en Grecia con los filósofos que promovían la justicia, la prudencia o la templanza. “La historia tiene un papel muy práctico en la historia antigua. La historia da lecciones de buenos ejemplos para imitar y de malos ejemplos para evitar. El historiador tiene un papel vital en decirle a la sociedad cómo comportarse”, explica la académica.
La selección final consistió en Salustio, Tito Livio, Veleyo Patérculo -un historiador bisagra entre dos periodos políticos importantes- y Tácito, considerado el historiador más importante de Roma antigua. “Antes de entrar en cada historiador hice un estudio de las palabras valentía y virtud en términos de sus vertientes filosóficas, históricas y políticas”, señala Balmaceda sobre el subtítulo del libro que alude a lo político y lo moral en el mundo antiguo en términos simbióticos.
“Obviamente, no todos los políticos romanos fueron morales y buenos, pero se entendía como una sola cosa. En la Antigüedad no existía la vida privada, no podías ser buen político si eras mal esposo. La virtud estaba muy ligada a la política”, ilustra la investigadora.
En busca de una editorial
Una vez que la historiadora comenzó a escribir el libro, se contactó con la editorial de la University of North Carolina, donde existe una colección sobre este periodo de la historia universal. “Quería una editorial de Estados Unidos porque tienen muy buena distribución. Hablé con el editor y tres meses después me dijeron que les interesó”, relata.
Este periplo comenzó en 2015 y a fines de 2017 se publicó el libro. La publicación, escrita en inglés, cuenta con cinco capítulos, donde está presente el estudio filosófico y los cuatro historiadores además de una conclusión. Hoy, esta publicación se puede encontrar en Amazon o comprándolo directamente a la editorial.
- Como historiadora de este período, ¿cuáles son las consecuencias de ampliar las interpretaciones de la historia antigua?
No sólo es importante lo que tiene que enseñarnos ese periodo, sino que plantea temas actuales. Política y moralidad son temas vigentes y no hay país en el mundo que no se interese por esto. Ahora estoy con el concepto de libertad y res publica. Todos estamos pensando en eso, incluso cuando uno vota por un nuevo Gobierno. No es que esté todo dicho sobre los antiguos.
Hay mucho más sobre los antiguos que los modernos, pero los temas del hombre no cambian, son eternos. Cómo se organiza la sociedad es lo que va cambiando. Las preguntas que nos hacemos desde el presente hacia ellos cambian. Ellos tienen esas respuestas ahí y nosotros tenemos que hacer las preguntas adecuadas.
- “Virtus” es un concepto que habías explorado antes, ¿cuál es su proyección de análisis?
Si tomamos este mismo concepto desde la literatura cristiana por ejemplo, es una arista muy productiva. El título de mi libro es Virtus Romana, pero también podría haber uno Virtus Cristiana. Se puede ver cuánto toma del concepto anterior y ver cuánto le aporta el cristianismo. Yo quise hacer esta reinterpretación tras leer dos libros sobre Virtus con los que yo no coincidía, porque uno era muy descriptivo y poco analítico; y el otro consideraba que tenía una sobreinterpretación de las fuentes. En realidad “virtus” es muy caótico y los autores lo usan ambiguamente porque les conviene y yo quería que eso quedara reflejado.
El concepto de virtus me sigue interesando. Algunas personas al escribir un libro no quieren seguir estudiando lo mismo, pero yo sí quisiera. Uno queda con la fijación en virtus. Ahora estoy en otros conceptos que son muy importantes y virtus también se relaciona con ellos, como por ejemplo, libertad, porque sin libertad no hay verdadera virtus. Si tienes virtus y libertas puedes aportar a la res publica. Está todo en los mismos conceptos.
-¿En qué sentido este concepto es un paradigma?
La definición de este paradigma es muy amplia y diversa. Virtus es la característica por la cual el romano quiere que se le identifique. El romano es un buen padre, soldado, o lo que sea, porque tiene Virtus.
-¿A quién esperas que llegue esta publicación?
Este libro está escrito principalmente para académicos y especialistas, pero no significa que no sea de interés para un público general culto. Es académico porque cada afirmación está apoyada por fuentes. No hay nada sin sustento. El libro quiere entrar en la discusión académica sobre lo que es la historia intelectual romana.
-¿Cuál es tu próximo tema a investigar?
Actualmente, estoy en otra investigación con el profesor Samuel Fernández de Teología. Yo hago la parte histórica de un problema teológico del siglo IV D.C. Soy coinvestigadora.
INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Violeta Bustos, Dirección de Comunicaciones