La Tercera entrevista a nuestra profesora Verónica Undurraga sobre la violencia en Chile


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La última edición de Tendencias de La Tercera, realiza un reportaje sobre la "Violencia en Chile: la mirada de 10 expertos“, donde entrevista a la profesora Verónica Undurraga, que desde una mirada de la disciplina analiza la momento actual del país.

La profresora Undurraga señala "Me parece interesante detenerme en la supuesta disociación entre violencia y racionalidad. Michel Foucault planteaba, por ejemplo, en 1980, que justamente lo más peligroso de la violencia era su racionalidad. Esto no significa que debamos discurrir en torno a la razón o sinrazón de los sujetos en el momento en que ejecutan la violencia, sino más bien que analicemos los dispositivos y configuraciones que han permitido, legitimado e incluso “autorizado” esa violencia. Lo que ha sucedido en Chile en las últimas semanas debiera llamarnos a cuestionar las formas de racionalidad que han regido las prácticas de violencia. Lo peor que podríamos hacer es encasillarla como ‘barbárica’ e ‘irracional’; y, por ello, resistirnos a analizarla”.

“La violencia no constituyó, ni sigue constituyendo, un concepto unitario ni unívoco, pues siempre ha estado significada por diversas representaciones. Puede ser tanto material como simbólica, y podemos observarla tanto en el espacio privado como en el público, en las interacciones cotidianas y en los grandes acontecimientos, siendo ejecutada tanto por civiles como por agentes del Estado. Pero sólo si nos detenemos en aquella que nos impresiona ahora, la que se despliega en el espacio público, observamos que nuestra historia está jalonada de conflictos. Durante el siglo XVII los gobernadores prácticamente no residían en Santiago, sino que destinaban casi todos sus esfuerzos a combatir en la guerra de Arauco. La tranquilidad no llegó con la Independencia y la instauración de la República. La guerra civil de 1891 fue, sin duda, la que cobró más víctimas, pero tanto el siglo XIX como el XX está jalonado de insurrecciones y conflictos violentos. No deja de ser relevante constatar que las constituciones de 1833, 1925 y, por cierto, la de 1980 se fraguaron en o luego de situaciones de violencia. En este sentido, me parece pertinente profundizar en la cuestión de los espacios en los que esta violencia se despliega. Durante décadas, la violencia ha sido un fenómeno persistente en algunos sectores periféricos de nuestras ciudades. La fallida intervención del Estado en La Legua nos habla justamente de ello. Lo que sucede ahora es que el escenario de la violencia se ha instalado en el corazón de la ciudad o, más bien, en los corazones de la ciudad de Santiago (el cívico, el financiero, el de las residencias de la elite). Eso genera impacto, aunque yo desearía que también nos interpelara, llamándonos a tomar conciencia sobre las situaciones con las que conviven cotidianamente muchos de nuestros conciudadanos”.



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