Con medio siglo dedicado a la historia de las relaciones internacionales, Joaquín Fermandois es uno de los analistas más respetados del país. Con los ojos puestos en China hace años, cuando solo era un país más en el tablero, observa en detalle su creciente protagonismo mundial, sin que logre todavía un liderazgo claro. En tanto, Estados Unidos se retira al interior de sus fronteras.
Lo dicen sus alumnos, no es fácil visitarlo en su casa; hay tantos libros en todos los rincones que no hay espacio para sentarse. Para esta entrevista, a distancia, su figura también aparece circundada de estantes cargados. La conversación transcurre desde su departamento junto a su mujer, donde pasa los días de cuarentena, acumulando los meses sin ver a sus hijos y nietos, salvo por la seudorrealidad de las videoconferencias.
Viñamarino, una y otra vez vuelve a pasear en la Avenida Perú, y allá quiere ser enterrado: “El mito del mar no me abandona. Aunque de niño, como mis primos de Santiago se reían de lo pequeña que era mi ciudad, quería que creciera como Santiago”.Formado allá, en la Universidad Católica de Valparaíso, y luego en la de Sevilla donde obtuvo su doctorado, su larga trayectoria le ha permitido enfrentar estudios complejos, como el que publicó en un libro que hoy es un referente: Mundo y fin de mundo. Chile en la política mundial, 1900-2004 (Ediciones UC, 2005).De vocación clara y distinguida –miembro de la Academia Chilena de la Historia y del Instituto de Historia de la UC–, no se restringe en el tiempo que podemos hablar del gigante asiático. Como buen historiador, le gustan los ciclos largos.Aunque aclara que no es un experto en China, por ser especialista en historia contemporánea, desde el año 1981 y para sus clases en la Universidad Católica, ha mantenido un seguimiento permanente en el devenir de ese país y de Japón.
Entrevista Por MIGUEL LABORDE
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Fuente: Revista Universitaria, Nº 159, Julio 2020