Tras un año de trabajo, traspiés, retrasos, polémicas, conversaciones y discusiones, la Convención Constitucional concluyó su labor y presentó su propuesta definitiva de una nueva constitución para Chile, que será sometida a votación el 4 de septiembre.
Este contexto sociopolítico, que vivimos como país, ha sido catalogado como algo histórico, como un hecho único, pero Chile ya vivió en el pasado un proceso constituyente, que culminó con la Constitución que se promulgó el 8 de agosto de 1828, que tuvo variables y dinámicas muy parecidas a las que conocimos desde el 2021.
8 de agosto de 1828. Un día histórico como cualquiera, publicado en la Colección Puerto de ideas de Orjikh editores, es la nueva obra de Rafael Sagredo Baeza, académico de nuestro Instituto, en la que presenta lo ocurrido en 1828 a través de una narración que ofrece la rutina de cada mes de ese histórico año, cuando por primera vez nuestro país eligió un Congreso Constituyente. Pero también nos ofrece, con un relato ameno que revela lo cotidiano, las estructuras que sustentan un orden social con elementos que perduran hasta nuestro tiempo, mientras que otros, ya obsoletos, nos demuestran la distancia de ese primer Chile Constituyente.
El profesor Sagredo explicó lo contingente de este libro y lo relevante que resulta para abordar y analizar el presente: “En medio del proceso constituyente actual, lo ocurrido en 1828 se transforma en un precedente histórico que, hasta la elección, instalación y funcionamiento de la convención constituyente entre el 2020-2021, había pasado desapercibido. Y que ahora adquiere un carácter fundamental, que muestra también que lo que los contemporáneos muchas veces viven como hechos dramáticos, históricos, no impide que la vida de las personas continúe inalterable”.
“En el texto abordo el proceso constituyente de 1828, lo explico, pero también muestro la cotidianidad del Chile de entonces, de ahí el título: Un día histórico como cualquiera. Es un día histórico por el hecho institucional, la promulgación de la constitución, pero que para la mayoría de las personas pasó desapercibido. En segundo lugar, explico por qué se eligió un congreso constituyente, y así, las personas al leer lo ocurrido entonces, decidirán cuánto les ayuda a comprender y a tener una opinión respecto de lo que está pasando hoy. El libro también pretende fomentar el pensamiento crítico, y a través de él, la ciudadanía, al estimular el análisis y promover la independencia personal para juzgar lo que estamos viviendo”, precisó.
“Es un congreso que nace en medio de una crisis, pero que genera esperanza. Y cuando se promulga la Constitución, el 8 de agosto, se reitera esta idea de que finalmente logramos organizarnos, gracias a la ley y en paz. Se demuestra cómo los procesos constituyentes generan un ambiente de esperanza y de confianza en que, a través de la ley, en este caso la Constitución, podremos resolver las crisis, una sensación que también se presentó a propósito de la constituyente actual”, agregó.
1828-2022
Uno de los aspectos que destaca el libro son los antecedentes del congreso que redactó la constitución de 1828: el clima sociopolítico, la situación económica, y las regulares crisis que comenzaron en la mitad de la década del 20’, que resultan muy similares a los acontecimientos que desencadenaron al proceso constituyente iniciado en 2021, cuando se llevaron a cabo las elecciones de los 155 convencionales constituyentes.
Rafael Sagredo subrayó que la década del 20’ fue efervescente e inestable, se discutía sobre un modelo de organización social y había visiones encontradas sobre lo que habría que hacer en Chile: “Todos estaban de acuerdo en que debíamos ser una República, pero se discutía sobre cómo se iba a organizar. Llevaban varios años, desde 1824 por lo menos, sin que se resolviera, y se pensó que la mejor forma era convocar y elegir un congreso constituyente que elaborara una Constitución que finalmente nos organizara”.
“La historia no se repite, pero la humanidad es una. Los hechos, las circunstancias, los contextos, las personas, son diferentes, pero eso no significa que no haya situaciones que se parecen. La historia no se repite, pero rima. Esa vez se eligió un congreso constituyente que para la época fue democrático y republicano, fue una elección de constituyentes que abarcó prácticamente todo Chile y con campañas políticas (…) Hay una dinámica, hay prácticas políticas que en diferentes contextos y con otros actores, están presentes una y otra vez”, aclaró.
Otro punto que destacó el autor fue el contenido de la Constitución: “Sin perjuicio de la vigencia que tuvo la Constitución de 1828, los principios republicanos y liberales, sobre la base de la cual se escribió, perduran hasta el día de hoy. Además es la primera Constitución en que se nombra Chile como república, ya no se llama Constitución Política, se llama Constitución Política de la República de Chile, porque no un era ensayo como los anteriores: tenía la aspiración de perdurar”.
La Prensa en 1828
Una de las áreas de investigación del profesor Rafael Sagredo es el proceso de organización y consolidación republicana, especialmente la formación de la nación en el siglo XIX. Gracias a su campo de estudio y al momento en que estamos viviendo, se decidió a exponer sobre el tema y a escribir este libro, realizado sobre la base de la prensa: “El libro rescata los periódicos de la época, sus encabezados, sus nombres y sus máximas, su sentencias y propósitos. En ellos hay un discurso, una representación de Chile, que hasta donde yo sé, no se ha aprovechado”, indicó.
“Existía una prensa muy polarizada, periódicos de batalla, pero también había otros, como La Clave de Santiago y El Mercurio de Valparaíso, que eran más reflexivos. El papel de la prensa es fundamental, porque puede contribuir a orientar, a informar o a desinformar a la opinión pública, a través de lo que llamamos fake news, o sea mentir y difundir hechos sin fundamento. Esa prensa no contribuye en nada a la existencia republicana, hoy día diríamos a la democracia. De hecho, todo lo contrario, polariza e impide los acuerdos. Eso se vio entonces claramente, y después se repitió antes y durante la guerra civil del 1891 y también antes de 1973. Entonces, hay una constante en medio de las crisis políticas, en las que la prensa, en muchos casos, cumple un papel muy poco edificante en su afán de promover posiciones políticas”, añadió.
El ejercicio de la Historia Pública
Recientemente Rafael Sagredo publicó Historias para la ciudadanía (SM, 2021), que través de diversos episodios y experiencias históricas, desde el Chile ancestral y colonial en adelante, pasando por las representaciones artísticas, el papel de la mujer y las guerras, es capaz de abrir instancias de reflexión que contribuyen a la formación ciudadana. Este texto junto a 8 de agosto de 1828, son ejemplos de Historia Pública, la perspectiva que busca llevar el conocimiento académico, a través de distintas formas, a las audiencias no especializadas, pero con rigor y fundadamente.
“En el Chile en que vivimos se hace indispensable proporcionar a la ciudadanía precedentes históricos que también son evidencias, que los ayuden a comprender y a orientarse en el mundo y a enfrentar los desafíos que se nos presentan. Desde ese punto de vista, buscamos poner al alcance de la mayor cantidad de personas posible la historia, una historia que es interpretativa, analítica y comprensiva, y que junto con el contenido, los hechos, las personas y procesos, interpreta, dota de sentido a lo que ocurrió”, explicó el profesor Sagredo.
“Somos parte de una comunidad”
Todo autor espera que su obra tenga un efecto determinado sobre los lectores, y el profesor Sagredo no es la excepción, menos considerando que pronto se decidirá sobre la Carta Maga de nuestro país. Ante esto, Rafael Sagredo sostuvo que, con 8 de agosto de 1828, espera que los lectores “comprendan que somos parte de una comunidad, y que la ley es lo que nos ha permitido organizarnos y convivir como comunidad. En el fondo, todos somos esclavos de la ley para ser libres”.
“En medio del proceso que estamos viviendo, nuestro objetivo es ilustrar a las personas sobre el significado que implica un congreso constituyente y sus resultados. Y cada uno sacará sus conclusiones, juzgará y tendrá opinión. Mi papel como autor es ofrecer precedentes, evidencias y antecedentes históricos para ser más conscientes y libres a la hora de desenvolvernos y tomar decisiones”, finalizó.
El libro, profusamente ilustrado, es un elocuente ejercicio historiográfico que confirma que la Historia no se repite, pero también que siempre hay precedentes para contribuir a analizar la realidad, restando así dramatismo a la contemporaneidad y contribuyendo a su comprensión.
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8 de agosto de 1828. Un día histórico como cualquiera
Rafael Sagredo Baeza
Orjikh editores
ISBN impreso: 978-956-9058-54-7
Publicado en julio de 2022
140 páginas