Un grupo de artesanas de San Vicente de Tagua Tagua y Pichidegua está participando en un proyecto que une patrimonio, diseño y saberes tradicionales para revitalizar el bonete huicano, histórico sombrero campesino del valle central. La iniciativa contempla talleres, investigación histórica y una futura vitrina comercial, con la participación del Instituto de Historia UC.
En el secano costero de la Región de O’Higgins, la memoria textil y la creación contemporánea se encuentran en un proceso colaborativo que busca revitalizar una prenda cargada de historia: el bonete huicano. Impulsado por INDAP y la empresa Artesanías de los Andes a través de su marca ONA, el proyecto integra formación técnica, investigación historiográfica y diseño textil como parte de una estrategia que combina desarrollo cultural y nuevas oportunidades productivas para las comunidades locales.
Las tejedoras, guiadas por el especialista Jorge Fredes, están aprendiendo a trabajar con paño de fieltro para confeccionar sombreros que recuperan la silueta original del bonete —de copa en punta, ala ancha y bordes curvados—, pero al mismo tiempo dialogan con la identidad cultural contemporánea del territorio. Esta prenda formó parte del atuendo campesino hasta mediados del siglo XX, especialmente en la histórica Hacienda El Huique, en Palmilla.
“Elena Errázuriz Echeñique”, Museo Histórico Nacional, Fotografía Patrimonial, posición FB-5899. Año estimado 1890.
La historia detrás de la prenda
Un eje central de la iniciativa es el componente historiográfico liderado por estudiantes y egresados del Instituto de Historia UC, quienes investigan los orígenes, usos y procesos de confección del bonete. El propósito es asegurar la autenticidad de las piezas y vincular la historia material del sombrero con su resignificación actual.
Adriana Montecinos, historiadora UC e integrante del equipo de investigación, destaca la amplitud de referentes que han debido considerar:
“Creo que es interesante que como esto no es solo una investigación histórica, sino que tiene como objetivo final la producción del sombrero vernáculo y su modernización para uso actual, hemos tenido que mirar de forma más amplia las fuentes y las inspiraciones que llevan a este sombrero. (...) Todo eso lo integramos como referente de lo que se puede hacer sin desafiar aquella identidad conferida por la biografía de este objeto y por su pertenencia territorial a la hacienda del Huique y la región de O’Higgins”.
La labor investigativa se ha nutrido también de testimonios locales. Jorge Mora, estudiante del Instituto Historia UC, recuerda un momento decisivo:
“El testimonio de Oriana Rojas Palma sobre su abuelo Manuel Jesús Rojas —bonetero de cabecera de Elena Errázuriz— fue un punto de inflexión en la investigación. No solo por la emotividad del relato, sino por lo que revela: que el bonete huicano, lejos de ser una prenda aislada o anecdótica, condensa siglos de sincretismo cultural, técnico y simbólico. Ese testimonio cambió mi forma de ver el patrimonio local porque reveló que detrás de cada objeto hay una constelación de historias invisibles que merecen ser contadas, preservadas y resignificadas”.

“Gente de campo”, Museo Histórico Nacional, Fotografía Patrimonial, posición FC-4838. Año estimado 1940.
Un proyecto con impacto social y cultural
El trabajo avanza en talleres y prototipos que serán presentados en una muestra pública en noviembre. Para 2026, se proyecta iniciar pruebas de mercado con los sombreros elaborados, abriendo oportunidades económicas para las artesanas y promoviendo el uso de lana local, muchas veces desechada.
El director regional de INDAP, Braulio Moreno, valoró el doble impacto cultural y productivo de la iniciativa:
“Aquí hay potencial, hay mucho que hacer. Esta alianza no solo busca generar ingresos, sino también reactualizar historias que estaban quedando en el olvido”.
Carmen Campos, una de las participantes, expresó su entusiasmo por el proceso:
“Es genial. Es también una oportunidad para aprender algo nuevo, distinto”.
Desde Artesanías de los Andes, Macarena Peña —gerenta de ONA, exalumna de Historia UC y gestora cultural— destacó el valor académico y profesional del proyecto:
“Estas iniciativas integran el ámbito académico a proyectos con la sociedad civil, generando alianzas y vínculos intersectoriales. Abre puertas en cuanto a nuevos espacios de aplicación profesional de la disciplina, saliendo del aula y de los archivos, generando preguntas y resultados creativos, inesperados para todas las partes involucradas”.

“Hacienda el Huique”, tomada por Jorge Hartmann, Museo Histórico Nacional, Fotografía Patrimonial, posición FC-4813. Sin data.
Aprendizajes desde la Historia UC
La experiencia también ha marcado profundamente a estudiantes del Instituto. Valentina Hernández, reflexiona sobre lo vivido:
“En mis ojos, esta experiencia de investigación se ha caracterizado por una potente iniciativa de difundir la importancia del patrimonio desde la Historia y desde el reconocimiento de las tradiciones de origen campesino. (...) Nuestro proyecto, además de permitir ganar habilidades y herramientas claves para el futuro laboral, me ha abierto las puertas a un conocimiento sumamente valioso, local y nuestro; me ha permitido conectar con la comunidad y, sobre todo, sentir la pasión por la historia”.

“Gente de campo”, Museo Histórico Nacional, Fotografía Patrimonial, posición FB-5899. Año estimado 1935.
Tejer pasado y presente
El proyecto del bonete huicano revela cómo un oficio tradicional puede revitalizarse mediante la investigación histórica, la creación artesanal y la colaboración interinstitucional. La sombrerería, como antiguo oficio rural, comienza a resurgir en manos de mujeres que, con entusiasmo y compromiso, construyen una nueva tradición con raíces profundas. Se trata de un trabajo que no solo preserva un objeto patrimonial, sino que fortalece el vínculo entre historia y territorio, inspirando a futuras generaciones y reafirmando el compromiso de la Universidad Católica y del Instituto de Historia UC con la preservación y difusión del patrimonio cultural del país.
