Estudia Historia en la UC, carrera acreditada por 7 años


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El Instituto de Historia UC se convirtió en la única licenciatura de esta disciplina en Chile acreditada por el máximo de siete años. El proceso fue liderado por el académico Pablo Whipple, apoyado por un comité formado por la profesora María José Cot, la subdirectora Ximena Illanes y el decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política Patricio Bernedo.

“Es un tremendo orgullo”, destacó el director de Historia, Fernando Purcell. “El proceso de autoevaluación fue diseñado con una metodología muy participativa que terminó fortaleciendo el sentido de pertenencia a la comunidad y los niveles de compromiso con un proyecto común, y creo que eso es lo más destacable. Además, nos permitió evidenciar el fuerte apego identitario de nuestros estudiantes y egresados con el Instituto”, agregó.

El informe del Comité de Pares Evaluadores destacó, entre otros aspectos, la coherencia y consistencia del perfil de egreso de la licenciatura con el proyecto académico del Instituto y la Universidad, y con la malla curricular ofrecida a los estudiantes, así como la flexibilidad del plan de estudios. Otro elemento que se destacó fue el puntaje de la PSU obtenido por los nuevos alumnos en los últimos tres años, “entre los más altos del sistema universitario nacional”, recalca el informe. También se valora la existencia de los mecanismos adecuados para evaluar la progresión de los estudiantes, la efectividad y eficacia de los procesos de seguimiento de los alumnos, y el compromiso docente e institucional de los miembros y autoridades del Instituto. Otra fortaleza son la apertura del Instituto hacia nuevas áreas disciplinares, como los estudios del patrimonio, la incorporación de cursos sobre América Latina y la creación del Centro de Estudios Asiáticos.

Respecto de los académicos, el informe subraya la excelencia del cuerpo docente y de investigadores, así como el clima laboral y la identidad universitaria, afirmando que “efectivamente existe una comunidad académica”. Así, también, la “notoria valoración de la investigación historiográfica, destacándose la producción científica expresada en indicadores CONICYT y también en la publicación de libros con comité editor”, dice el texto. De hecho, se subraya la producción de 200 artículos y varios libros en tres años, lo que ubica al Instituto “entre los mejores en su disciplina a nivel continental”, agrega. Asimismo se valora el concurso anual Simón Collier que selecciona las seis mejores investigaciones de pregrado, las que son publicadas en un libro; la revista Historia, única de la disciplina en Chile indexada en ISI; los libros, en especial los dos volúmenes sobre la Historia de la Educación editados en el marco de un Proyecto Anillos; y las numerosas conferencias, coloquios, talleres, cursos, diplomados y otras actividades de extensión.

El Comité de Pares Evaluadores fue presidido por Sergio González de la Universidad Arturo Prat e integrado por Ariel Eugenio de la Fuente de Purdue University, Estados Unidos y Ezequiel (Klaus) Julio Gallo, de la Universidad Torcuato Di Tella, Argentina; además de Hernán Saavedra como ministro de fe y secretario técnico. Su informe fue elaborado sobre la base de entrevistas con el decano de la Facultad y el director del Instituto, el comité de autoevaluación, académicos, estudiantes, titulados y empleadores, además de una visita a las instalaciones en el Campus San Joaquín.

Pero junto con destacar la posición de excelencia que ha alcanzado el Instituto de Historia, el proceso de acreditación también es una oportunidad para fijarse nuevas metas. Como afirma Fernando Purcell, entre los próximos desafíos está ajustar la malla curricular de manera de fortalecer una serie de habilidades propias de la disciplina, como también ampliar los horizontes formativos incluyendo cursos de carácter profesional. Esto será complementado con un magíster que prepare de forma adecuada a quienes utilizan la Historia como plataforma para el trabajo en lugares como archivos, museos o proyectos patrimoniales.

Como concluye Purcell: “Tenemos el desafío de innovar apelando a las posibilidades de la denominada Historia Digital, lo que nos obliga a fortalecer el diálogo con otras disciplinas en nuestra formación. También sentimos la necesidad de reforzar nuestro trabajo de apoyo a profesores de liceos y colegios a través de cursos especiales, y de fortalecer nuestra vocación de vinculación con el medio a escala nacional, en lo que hemos ido avanzando a través del Programa de Archivos Escolares y otros proyectos. Finalmente, consolidar y aprovechar de mejor forma los lazos con nuestras redes de egresados”.