El 24 de septiembre de 1810 tuvo lugar un evento excepcional: las Cortes de Cádiz abrieron una sesión donde estuvieron representados todos los territorios, europeos, americanos y asiáticos, de la monarquía española. El hecho se constituyó, en la práctica, en la primera experiencia parlamentaria del mundo hispánico.

Las Cortes, que aprobaron la Constitución de 1812, la que generó profundas consecuencias, es el tema que aborda desde diversas perspectivas, el libro Voces americanas en las Cortes de Cádiz: 1810-1814, editado por Scarlett O’Phelan Godoy, académica de la Pontificia Universidad Católica del Perú, y Georges Lomné, profesor de la Universidad de París.

En el texto, que reúne los trabajos de destacados investigadores de distintos países, se encuentra el artículo del profesor del Instituto de Historia UC Rafael Sagredo “Cádiz, el orden civil y la representación política: propuestas y proyecciones”. En este trabajo se aborda la división político-administrativa u orden interno, asunto clave, pero que sin embargo no había sido abordado. “Implica abordar la política en su dimensión espacial”, afirma el autor, lo que se expresa en un ordenamiento territorial y en la configuración de un espacio geográfico.

A partir de las Cortes de Cádiz, el gobierno en España realizó una división departamental que buscaba debilitar los particularismos, fortalecer la unidad estatal, reordenar y controlar eficazmente el territorio y promover la homogeneización político-cultural de la población. En Chile, si bien las primeras iniciativas de división político-administrativas tuvieron como objetivo satisfacer la necesidad de un gobierno eficaz y un adecuado control del territorio bajo su soberanía, lo que prevaleció fue la urgencia política por establecer un orden institucional sobre la base de una adecuada representación de las provincias ante las instancias legislativas.

De esta primera división político-administrativa surgen, como explica el profesor Sagredo en su artículo, el afán por establecer una administración central efectiva y una gestión pública eficiente; garantizar una representación igualitaria y proporcional de la nación; conciliar los numerosos intereses locales con los nacionales; atender a la proporcionalidad entre superficie y población de las entidades; acomodar las particularidades del medio geográfico con el trazado del ordenamiento político-administrativo ideado; otorgar igualdad de oportunidades de crecimiento a las jurisdicciones; considerar las peculiaridades locales, regionales e históricas de las diferentes zonas del país; estimular el adelantamiento de la república; y, sobre todo en el siglo XIX, superar la precariedad de herramientas, la ignorancia y la falta de medios para una óptima demarcación del espacio. Muchos de ellos elementos presentes en las Cortes de Cádiz.

Entre otros aspectos abordados en el libro están la presencia americana en las Cortes, los diputados del virreinato del Perú, la representación de la elite, el lobby, los diputados venezolanos; el rol de la Habana, Montevideo y México; las conexiones con Europa y la retórica americana de la libertad, todos ellos presentados en el Congreso Internacional “Voces americanas en Cádiz: diputados, discursos y debates”, realizado en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Voces americanas en las Cortes de Cádiz: 1810-1814
Scarlett O’Phelan Godoy y Georges Lomné (editores)
Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú
427 páginas