Rescatar el sentido de comunidad de quienes hemos habitado “lo más hondo de la tierra”, desde los pueblos originarios, conquistadores, mestizos, europeos, hasta los chilenos de la actualidad, es lo que busca el nuevo libro de este académico del Instituto de Historia, ofreciendo una mirada dinámica, entretenida y también crítica.
“La historia la hacemos todos”, afirmó el profesor del Instituto de Historia Rafael Sagredo en la presentación de su nuevo libro Historia mínima de Chile. Todos quienes han habitado y habitamos este país –cuyo nombre evoca “lo más hondo de la tierra, lo más lejano, lo más frío”– hacemos y formamos parte de esta historia, “que no nos determina, pero sí nos condiciona”, dijo.
Como escribe el autor, la obra explica los procesos esenciales que han dado forma a la trayectoria histórica del país, acogiendo lo que la historiografía corrientemente ha estudiado y difundido como historia nacional. Pero también ofreciendo interpretaciones que complementan, y en ocasiones cuestionan, las nociones más arraigadas sobre la historia de esta realidad natural y social nombrada Chile desde épocas inmemoriales.
Sus casi 300 páginas comienzan abordando desde los primeros habitantes de estas tierras: los pobladores del llano central, los pascuenses, las culturas originarias y el pueblo mapuche o araucano. Luego avanzan por la Conquista y sus protagonistas, los europeos, la Colonia y la sociedad mestiza; la organización republicana, el orden conservador y autoritario, la capitalización básica, la expansión nacional, los conflictos internacionales, la sociedad liberal, la crisis del régimen liberal, el esfuerzo desarrollista ene le siglo XX, y por último, la crisis y recuperación de la democracia.
El volumen se adentra en temas en general poco abordados por los libros de historia: como los son la educación, la salud y la cultura. Es que, como explica Sagredo, busca “explicar cómo llegamos hasta aquí, por qué los chilenos de 2014 somos como somos. Comprendernos a nosotros mismos y que los demás nos comprendan; mostrar que nuestra existencia como comunidad tiene sentido”. Como afirmó la directora de la Biblioteca Nacional Ana Tironi, “el autor recorre la historia desde las preocupaciones de hoy, las que también fueron desafíos que nuestros antepasados tuvieron que afrontar. Es una historia desde el presente”.
Por su parte, el historiador y decano de la Facultad de Comunicaciones y Humanidades de la Universidad Finis Terrae Álvaro Góngora, destacó el buen manejo de fechas, procesos y hechos que muestra el autor, con un estilo dinámico y entretenido, “lo que no es fácil de lograr en un libro de historia”, acotó. Destacó la novedad de algunos capítulos, tales como el que relaciona la hospitalidad de los chilenos con su afán de reconocimiento, o el que explica como la generosidad del territorio inspiró ciertas obsesiones como el orden, en ocasiones a costa de la libertad, aunque también difirió del autor en ciertos aspectos relativos el papel de Carlos Ibáñez del Campo y respecto de los antecedentes del golpe de Estado de 1973. Pero, como afirmó el profesor Sagredo, lo que busca precisamente este libro “no es ser una evocación del pasado, sino que la gente se cuestione, se pregunte y se interese en la historia de Chile”.
“Es una historia mínima, pero también íntima”, afirmó Pedro Lastra, escritor, crítico, ensayista y director de la revista Anales de la Literatura Chilena de la Facultad de Letras. “Podría ser entendido como una historia sincera de la nación chilena, pues es un libro en nada complaciente de la historia nacional. El autor se prohíbe toda exaltación nacionalista y muestra un notorio afán de imparcialidad”, agregó.
En suma, como concluyó el autor, la Historia mínima de Chile, aparecida simultáneamente en España y México, es una invitación a darnos cuenta que nuestra historia nos permite generar un sentido de comunidad, explica que formamos parte de algo mayor y, a partir de esto, que tenemos un futuro, que así como nos precedieron, otros nos seguirán, realidad que nos compromete con nuestro presente y nos motiva a apreciarlo en su complejidad. De ahí que es vital el papel del historiador, de cuestionar y derribar también los mitos nacionales, un requisito “imprescindible para el crecimiento, para ser una sociedad más madura, adulta”, finalizó Sagredo.
Historia mínima de Chile
Rafael Sagredo Baeza
Editorial Turner/El Colegio de México
297 páginas
Información periodística: Nicole Saffie, Prensa UC